martes, 11 de febrero de 2014

Quinta parte de una historia. 14 de noviembre de 1995. La mudanza

                                      

                                          La mudanza


A las seis de la mañana la techumbre del edificio se desplomó con gran estruendo llevándose a su paso buena parte de la planta tercera, la última. Los bomberos temían que el peso de los escombros derribara también la planta segunda del edificio y trataron de apuntalar su techumbre.
Álvaro al oír el espantoso estruendo del desprendimiento de la techumbre salió de nuevo de su edificio. Temía que algún bombero hubiera sido alcanzado por el derrumbe o hubiera quedado aprisionado y trató de ayudar.

Pronto le indicaron que no había víctimas y le pidieron que ayudara en una extraña tarea.

-Sabíamos que había peligro de derrumbe, no había nadie trabajando allí, ahora nos preocupa que ceda la segunda, queríamos asegurarla pero es arriesgado, no podemos hacer nada.

- Y yo ¿en qué os puedo ayudar? Ya no hay llamas que puedan afectar a mi edificio y no soporto estar mirando sin hacer nada.

-Puedes ayudar en la mudanza si quieres. Ve a la puerta de la iglesia y ponte a disposición del párroco.

- ¿Mudanza? No entiendo.

- Ve allí, el párroco y el jefe de la policía municipal que se ha encargado de la tarea te explicarán.

Se dirigió hacia donde le indicaron, allí había un grupo de bomberos que a las órdenes de un preocupado y casi histérico párroco trataba de poner a salvo los tesoros artísticos de la iglesia.

- Vengo a ayudar- dijo Álvaro al cura.

- Pues ven conmigo corre, tenemos que salvar ese lienzo.

Los vitrales habían estallado y desaparecido, el techo de la iglesia había sido afectado por las llamas, además los bomberos, para atacar el fuego desde allí, tuvieron que abrir un enorme boquete en la bóveda y ahora por allí no entraban llamas pero si entraba el agua procedente de las mangueras de los bomberos.

Por el camino que hizo con el párroco hacia el interior de la iglesia se cruzó con varios policías que portaban grandes candelabros y relojes de pie, además de tallas de santos realizadas en madera.

- ¡El cuadro!, dejen todo y salven el cuadro, es de Goya.- Todos miraron hacia donde el sacerdote indicaba con temblorosa mano y preocupado gesto.

Tres policías, Álvaro y el propio cura consiguieron desencajar el lienzo de la paredes donde se hallaba ubicado y llevarlo a la entrada del templo donde lo taparon con plásticos y lo cobijaron de peligros, era un cuadro de Goya, en efecto, La primera comunión de San José de Calasanz.

- Ahora las reliquias de San Valentín, allí, en la misma pared donde estaba el cuadro.

Corrió hacia donde había indicado el sacerdote y se encontró con una urna de vidrio estilo rococó bajo la cual se veía una inscripción: San Valentín Mártir, Ob. Patrón de los Enamorados

La tomó con sumo cuidado ayudado por el religioso que temblaba de miedo y emoción.

- Aquí se conserva gran parte del esqueleto de San Valentín, fue un regalo del Papa al rey Carlos IV que a su vez lo regaló a los escolapios- informó el cura-, vamos a llevarla junto al cuadro.

Así lo hicieron y también protegieron las reliquias del patrón de los enamorados con unos plásticos.

- Ya están a salvo.- Se podía afirmar que la iglesia estaba a salvo aunque con aspecto de haber sido el escenario de un espectacular saqueo. La gran araña del techo descansaba en unos reclinatorios, algunas estatuas de santos se encontraban apiladas en el pasillo y varios cuadros se protegían del agua con plásticos-, ahora debemos intentar salvar el Corazón de Jesús.

- ¿Dónde está padre?

- En la escalera de madera de la puerta principal del colegio por la que entraban las visitas importantes.

- Pero padre, está quemada la he visto desde fuera y la escalera ha desaparecido comida por las llamas, la estructura de la entrada no se conserva, se ha desplomado el techo al quemarse la escalera y es un amasijo de cascotes y maderos humeantes.

- Tenemos que intentarlo, ¡vamos!

- Los bomberos no nos dejarán acceder allí.

- Confía en mí, hijo, confía en San Antón...


             Recorte de prensa del día 15 de noviembre de 1995
Un incendio consumió ayer parte de las instalaciones del colegio más antiguo de Madrid, el de las Escuelas Pías (los escolapios) de San Antón, cerrado y abandonado desde hace siete años. El fuego destruyó, según los bomberos, el 20% de los 18.000 metros cuadrados del edificio, ubicado en la calle de Hortaleza 83, desde hace 200 años. Los vecinos y un vigilante que trabajaba en un edificio cercano alertaron a la policía y a los bomberos sobre las tres de la mañana, cuando vieron que de la techumbre del inmueble salían llamas de cinco metros. Según el jefe de bomberos, el incendio debió, declararse bastantes horas antes "en la segunda planta [tiene tres]". "Se prendieron las vigas de madera, el fuego fue ascendiendo y, al llegar al techo, el vigilante pudo verlo y avisarnos.
En la lucha contra el incendio participaron unos 70 bomberos de cuatro parques, apoyados por doce coches, tres de ellos con escalas. El primer temor de los bomberos fue que el incendio afectara a la iglesia de San Antón y otros edificios próximos.
El edificio albergaba cuatro patios interiores, pasillos, dependencias y aulas aún con pupitres de madera, muchos de los cuales ardieron con facilidad y propagaron con mayor celeridad el fuego.
El resultado final del incendio es el siguiente: el tejado, en su mayor parte hundido; la planta tercera, reducida casi completamente a escombros y la planta segunda, destruida en buena parte. La iglesia de San Antón no ha sufrido daños irreparables, pero el altar mayor está estropeado, dos vitrales saltaron por los aires y el techo se ha visto afectado por el incendio.
La causa del incendio se desconocía aunque tanto el párroco de la iglesia de San Antón, colindante al colegio, como el jefe de bomberos, apuntan a una hoguera prendida por algún mendigo. "El edificio no tenía luz desde hace un año, así que es imposible que se diera un cortocircuito. El jefe de bomberos apuntó al respecto que era muy posible que el incendio se hubiera declarado alrededor de las siete o las ocho de la tarde. Para corroborar la teoría de la hoguera, el jefe del departamento de Edificación Deficiente del Ayuntamiento, apuntó a Europa Press que hace 15 días los bomberos habían recibido una llamada que denunciaba una gran humareda provocada por un grupo de mendigos alojados en las ruinas del colegio.
To be continued... es decir, continuará.

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