miércoles, 13 de julio de 2011

ÁNGEL de ROSA en tu ESTRELLA





EL TORICO CON EL PAÑUELO








Parece que en un tiempo fue trofeo de guerra.






Subiendo a poner el pañuelico. Un gran honor ser el vaquillero elegido para estar allí arriba y poder besar su bronce.








Cuando un pañuelo rojo pasa de mano en mano y termina colgado en la estrella de un monumento ancestral por unos días, las penas se aplazan, la amistad y el encuentro vencen, el tiempo se detiene.
Cuando veo el pañuelo rojo ondear en astas de bronce no puedo contener las lágrimas, ni tampoco quiero contenerlas, sólo quiero transmitir mi alegría, mi orgullo, el rito de mi ciudad y el amor por nuestra estrella y nuestro torico.
Cuando el pañuelo rojo se guarda, empieza otra vez la cuenta atrás, ya solo falta un año para que de nuevo suene el campanico y sus tañidos sean metáfora de felicidad.
Vaquilleros, la vaquilla del Ángel va a comenzar, que suene el campanico.




ÁNGEL de ROSA en tu ESTRELLA


Murallas de besos pétreos
amantes de mármol.
Estatuas, sin vida, repletas de calor.
Tengo una rosa roja para ti ardiendo en mis manos
y de mano en mano cubre el camino hasta tu obelisco.

Gárgolas de bronce desgranando belleza en tu honor,
corazones de lágrimas con necesidad de amarte.
Trepan por tu jardín las flores, preámbulo de la fiesta,
repletas de honor, de alborozo,
de melancólicos recuerdos y emociones.

Alzando la rosa roja al cielo
besan tu inmóvil silueta altiva,
cada pliegue de tu hierro, sinfín de pasiones,
cobra vida
cuando la mano elegida
posa la rosa de paño en tu estrella.
Y suenan las campanas a ritmo de latido.

Gargantas descompuestas de alegría
te aclaman sin sosiego,
venas desbordando ríos de la sangre de tu pueblo,
y tú, inmóvil bronce fiero,
miras al horizonte, silente crisantemo,
muralla, estatua, gárgola,
vida henchida de sollozos del encuentro.

Velarás por nosotros tres días,
sus noches nos iluminará tu estrella,
regresaremos, soldados de plomo cansados,
abriendo camino entre pólvora,
a dejarte desnudo, sin tu rosa de paño rojo,
en un pacto de silencios.
Toro de bronce, desnudo,
por un año fijas tus ojos en el horizonte.

El ángel custodio
guardará la rosa de tu estrella en el baúl
alpargatas blancas, blusa rameada,
alegría entre espliego.
Soga y baga aguardarán nuevas astas jóvenes
un año de oscuridad por delante,
frío y silencio junto al río.

Y tú, toro eterno,
rey de tu columna labrada,
rumor de agua a tus pies,
ecos de campanico y salve,
clavadas tus pupilas en el horizonte,
sueñas rosa de paño rojo
colgando en la octava punta
de tu estrella.

4 comentarios:

ANA MARÍA ARROYO dijo...

Yo, yo... soy taaaaaaaaaaan feliz leyéndote en verso... que no voy a comentar nada más. INMENSO es un poema cuando arrastra el alma de quien lo escribe. Abrazo.

GORRIZO´S dijo...

Es emocionante poder expresar en palabras lo que se siente de verdad en esa tradición. Es ancestral, si me apuras primtiva. Pero solo él que lo ha sentido, por llevarlo en las venas, sabe de verdad, lo que significa.
Gracias
Joaquín Utrillas Ortiz

La profecía del silencio dijo...

Gracias Ana. Ya sabes que no me sientodotado para la poesía, ni para leerla ni para escribirla pero sigo intentándolo. Continuaré con mi cielo.

La profecía del silencio dijo...

Joaquín muchas gracias por tu visita y tu comentario. Bien sabes lo que quiere decir cada verso y bien dices, tradición ancestral que sólo el que lo lleva en las venas sabe encontrar significaos. Yo este año, como ya viene siendo tradición, lloré al ver la puesta del pañuelico.
Un abrazo.