jueves, 30 de diciembre de 2010


Luna de mazapán :::Relato de Ángel Utrillas Novella
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Principio del capítulo séptimo…




“Plenilunio, de nuevo el astro, o mejor dicho, satélite, reina de la noche y reina en la noche mostrando todo su esplendor.

Novilunio y de nuevo un cuerpo de mujer aparece torturado y sin vida en un oscuro callejón con la demencia y la violencia de telón de fondo y la luna de espectador privilegiado de la macabra escena por séptima vez repetida”.




Mientras lo escribo no puedo dejar de pensar y de reírme. La policía piensa que mi modo de operar tiene algo que ver con la luna, con sus fases, con los eclipses, con sus mares, con su lado oculto o con sus rituales mágicos inherentes, están convencidos de que fui un niño maltratado y de infancia difícil, un reprimido sexual que ahora muestra su sempiterno odio por todas las mujeres cometiendo pérfidos crímenes en sus prodigiosos cuerpos.

¡Qué lejos están de la verdad! Podía incluso afirmarse, a pesar de caer en la mediocridad del tópico, que están en la luna.

En caso de que mis actos tuvieran relación con la luna, mataría en cuarto menguante, asesinaría escritores en cuarto menguante para que menguara el alarmante número de esta especie que tanto prolifera en las últimas décadas.

“Yo nací en mala luna”, escribía mi adorado Miguel Hernández, “Yo morí en buena luna” se titula la novela en la cual trabajo, la primera y la última, la única que publicaré y que verá la luz cuando yo ya haya perecido. Cada uno de los crímenes perpetrados, cada uno de mis asesinatos, es un capítulo de mi libro y solamente de la rapidez de la policía en descubrirme dependerá la extensión de la obra. Por lo desencaminados que van en sus investigaciones tengo tiempo de sobra para preparar mi final. El apoteósico final, que tengo pensado, debería ser en luna azul, o en luna traidora como a mí me gusta denominarla aprovechando que la palabra inglesa de la cual deriva, “blue”, en la antigüedad tanto podía significar “azul” como “traidor”.

En todo caso, la ocasión más cercana en que habrá dos lunas llenas dentro del mismo mes será en agosto del año 2012; el escenario también lo tengo elegido, el castillo templario de Obano en la Villa de Luna, hasta la última víctima de mi obra la he seleccionado ya, un escritor pedante y engreído, valga la redundancia, que conocí en la entrega de premios de un certamen poético y desde entonces no me deja en paz, quiere a toda costa ligar conmigo. Otro que está en la luna, en luna roja de peligro y misteriosa Derya, pretende intimar y todas mis insinuaciones lo aproximan a una muerte inexorable.

Qué cara se le quedará al policía de turno cuando aparezca la guinda del pastel, un cadáver de un hombre y descubran, por añadidura y pura casualidad, que su asesino en serie es una mujer.

Y qué agradecimiento me deberán los habitantes de Luna, municipio de la comarca de las Cinco Villas, por haber elegido uno de sus tres castillos como escenario del final de mi novela y de mi vida, tal vez incluso me nombren “Dama de Luna”… sin embargo prefiero no adelantar acontecimientos, ya casi está amaneciendo y sigo fuera de la muralla, “estoy a la luna de Valencia”, voy a concentrarme y terminar de escribir el capítulo del crimen cometido anoche y me iré a descansar, matar escritores bajo el argénteo reflejo de una luna de porcelana es verdaderamente agotador.

Final del capítulo séptimo…




“Y no era mala mujer esa buena escritora, ni era mala escritora esa buena mujer, en realidad hasta me parecía simpática y me identificaba con sus textos, me molestó, eso sí, que me superara en aquél concurso, me alteró sobre todo el título de su relato ganador, “Luna de abril” ¿a quién se le ocurre escribir una luna de abril ahora que Marte transita por Capricornio? No hay escritor más odioso que aquél que no se sabe documentar, ni más repulsivo que aquél que no deja de sangrar”.




Serás famosa a título póstumo querida, me he tomado la licencia de cambiar el título de tu obra dándole un toque de buen gusto navideño, un soplo de diciembre con solsticio de invierno, una luz creciente con sabor a capricornio; no vayas a creer que no lo he trabajado, incluso he tenido serias dudas al respecto, en principio pensé titularlo luna de miel, pero no, era dulce y sin embargo implicaba enlace con aspiraciones de eternidad y podía inducir a error, así que lo dejé en “Luna de mazapán”, sabroso y no obstante etéreo, tus lectores se chuparán los dedos, les va a encantar.





Este relato se ha publicado en el colectivo Toc Arte y forma parte de los trabajos que en dicho colectivo se están publicando bajo el lema: Luna.
Espero que sea de vuestro agrado.

3 comentarios:

ANA MARÍA ARROYO dijo...

Me encanta y como me estoy empezando a quedar sin adjetivos, sólo te diré... Me llevo el enlace de tu blog a mi murito.

Una maravilla.

La profecía del silencio dijo...

Pues muchas gracias por llevarme a tu muro. Este relato no es fácil de leer, tiene muchos guiños al lector, tiene muchos recovecos, es casi una novela que he resumido con mi incapacidad de síntesis en pocas palabras. Nada es al azar, ninguna luna, ningún nombre, ningún adjetivo, todo tiene una explicación. Derya por ejemplo es un nombre escogido por algo, es el personaje de una película, luna roja... lo demás lo dejo para que lo descubráis vosotros, pero insisto, nada es azar, todo es elegido.
Eres una maravilla de amiga y de lectora.

ANA MARÍA ARROYO dijo...

No, no es fácil de leer y ya me he dado cuenta que hay mucho por descubrir en él.
Un abrazo, lo iré descubriendo.