viernes, 8 de febrero de 2013

Regresión


Micro relato no ganador de esta semana. Lo he titulado "Regresión" y tiene más verdad de lo que parece.





- Lleva horas durmiendo en su cunita como un ángel  no quisiera despertarla ni exponerla a la gélida intemperie de la noche.

            - No tenemos elección, nos hundimos, ponte el salvavidas y a cubierta, debemos salvar a la niña.

            Despierto aterrada y siempre en el mismo instante del sueño, en la misma frase del diálogo, ¿por qué sueño o recuerdo?, ¿por qué me atormenta una escena que, según mi edad, no pude vivir?

            Siempre tuve la sensación de haber viajado en el Titanic y haberme salvado milagrosamente.

            La sesión de hipnosis de mañana me dará la solución al enigma. La regresión revelará cómo escapé de la muerte…, en mi anterior vida.


4 comentarios:

Javier Valls Borja dijo...

Es cierto que el Titanic era insumergible: ¡siempre lo estás sacando a flote! ¿Acaso viajarías tú también en él? ¿Hay algún personaje del que te sientas extrañamente cerca? ¿Qué nos aclararía una sesión de hipnosis acerca de todo esto?

La profecía del silencio dijo...

Es verdad, siempre lo saco a flote. Yo hasta hace un par de años no tenía mucha idea del Titanic pero ahora me ha enganchado, su historia es apasionante y cada día descubro un personaje o una historia nueva. Yo no recuerdo haber viajado en él en mi otra vida, ojala si lo recordara, de todas formas me siento muy vinculado a muchos personajes, al escritor Morgan Robertson que no iba en el Titanic pero profetizó su hundimiento, al vigía Frederick Fleet, al oficial que estaba de guardia cuando chocaron con el iceberg, Murdoch, y con algunos pasajeros que iré descubriendo en próximos relatos.
Graias, Javier, por tu comentario entrevista. Un abrazo.

Gerardo Martín Pujante dijo...

Pues a mí eso de las vidas anteriores me da algo de mal rollo, no me gusta demasiado la idea... vete tú a saber quienes hemos sido y cuantos puzzles estrambóticos hemos podido ir haciendo por ahí.

Un saludo Ángel.

La profecía del silencio dijo...

Sí tienes razón, Gerardo, nunca se sabe quien pudo ser uno y qué hizo, lo mismo fui político o banquero en otra vida, espero que no. Pero me encantaría haber estado en el Titanic, eso seguro, cualquiera de los 2227 que iniciaron el viaje y tener recuerdos del barco y de la travesía.
Y como digo en el texto, hay más verdad en este micro relato de lo que parece.