lunes, 16 de mayo de 2011
Presentación de mis "Recuerdos" en Valencia
Ana María Arroyo, poeta, presentadora, gran persona,
para siempre AMIGA.
Algunos de los asistentes. Se corrió la voz de que el autor hacía preguntas al público y muchos se escondieron temiendo que fuera verdad.
Acompañado de mi emocionada, emocionante y emocionadora presentadora.
El día 14 de mayo de 2011 pasará a engrosar el baúl de mis recuerdos como un día entrañable.
La Librería Primado es- fue-, el marco entrañable que yo necesitaba para acercar mis “Recuerdos”, mis “Silbidos oscuros”, mis “Cerezas” y mis “Profecías”, a una ciudad que hacía 25 años no pisaba. Gracias por ser el paisaje, el escenario perfecto.
Llegué, vi y fui vencido. Encontré a un grupo de personas que sería injusto denominar lectores, porque desde el primer momento los percibí como amigos.
Aún así fue preciso que abriera el acto una magnífica poeta, una presentadora de lujo. Y esa labor es complicada, el presentador es el que rompe el fuego, el primer contacto con el público que no se sabe como reaccionara y a quienes debe preparar para la intervención del autor del libro. Es como la labor de peón de brega que recibe al toro mientras, escondido en la barrera, el “maestro” observa las reacciones de aquel a quien se deberá enfrentar.
Ana María Arroyo estuvo magistral y emotiva, leyó algunos fragmentos de mis anteriores libros y aunque incumplió alguna promesa y desveló algún secreto, lo hizo con tanto cariño que fue un acierto más. Lo hizo muy bien, tanto que no descarto volver a pedirle que me presente en otras plazas.
Y después de tan interesante introducción yo ya tenía el trabajo hecho. Sin embargo, como no me gusta hablar, hice un recorrido por mi aventura literaria destacando que sigo siendo contador de historias, aunque me encantaría convertirme en Príncipe escritor de las cerezas. Comenté mis próximos proyectos, aunque no sé muy bien que futuro les aguarda y disfruté tanto de la colaboración del público, sobre todo de los más jóvenes que preguntaban sobre temas tan interesantes como los lectores más avezados, que me extendí demasiado y casi se nos pasa el arroz.
Hice algunas profecías en mi intervención, espero que se cumplan todas. La que seguro se cumplirá es aquella en la cual afirmé que no pasaran otros 25 años sin que vuelva a tierras valencianas, de hecho espero estar allí el día 14 de junio en la presentación de “En la piel del verso”, un poemario escrito por Ana, en el cual he tenido el honor de participar escribiendo el prólogo y cuya puesta de largo no quiero perderme.
Mucha suerte a Ana en su proyecto y muchas gracias a todos, familiares, lectores, amigos.
Fue un enorme placer estar con todos vosotros
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6 comentarios:
Lo mejor... que sois dos grandes de las palabras, lo peor... que no pude estar, lo mejor de lo mejor... que sois mis amigos!!
Bueno en realidad si estuviste en nuestro corazones. Y ya habrá otras oportunidades. Besos Elena.
Gracias a ti, siempre, siempre, siempre. Porque TÚ eras el protagonista y porque aquí estás "arrancando" recuerdos a toda velocidad. Y yo que me alegro muchísmo por ti. Te devuelvo todos los halagos, ya sabes que no me gustan demasiado, me quedo con una sensación de amistad más permanente que nunca. Lo hice con mucho, muchísimo cariño. Besazos, contador amante de la historia. Los secretos dejan de serlo conmigo, lo siento, jajaaaa.
Este me ha emocionado leerlo antes. No tengo palabras, por un lado me entran celos y por otro me alegro por los dos!!!...ahhh!!..ay dios. bueno, se ve que todo os fue fenomenal, pero sí que percibo bien lo emocionante que tuvo que ser todo. Os quiero mucho alos dos, y enhorabuena a ti por tu libro y a Ana por su presentación, ¡ y pendiente de cuando ella saque el suyo!, :)))
Ana, los protagonistas fueron los que dedicaron una mañana preciosa de sábado a venir a conocer a un desconocido. Sé que lo hiciste con cariño, con emoción, con la especial sensibilidad de poeta y con la sinceridad que te obliga a desvelar secretos. No importa, al contrario muy bien desvelados. Y como no te pienso decir gracias más veces sólo añadir un beso grande.
Sofía fue genial. Cuando un acto literario se convierte en reunión de amigos y todos participan y disfrutan percibes que este mundillo tiene sentido.
Yo me traje una inyección de moral, unos amigos geniales y un fin de semana de lujo. Y emoción ya te digo que sí hubo, más que en el dichoso futbol.
Un besazo y recuerdos de Javier.
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